¿Hasta cuándo podré bañarme? ¿Es seguro para mí? No pongo en riesgo a mi bebe con el traje de baño tan ajustado, ¿verdad? Estas y mil y una preguntas oímos a diario por más de una madre. Y la respuesta siempre es la misma: Es completamente seguro.
Pero no me creáis tan deprisa que os lo explico ahora todo.
Lo primero que debéis saber es que nadar estando embarazada es seguro por más de una razón. Cuando la piscina cumple con ciertos requisitos, como es nuestro caso, puedes meterte sin problemas, aunque también es cierto que depende de si estás llevando tu embarazo de manera normal y sin riesgos.
Seguramente lo has notado también. Ese pensamiento colectivo al estar embarazada – limita tus movimientos, guarda reposo… mantente relajada…- que no te permite tener tu vida como antes. Ese pensamiento que tu madre o abuela en su momento te han dicho y que tu pareja eleva a la décima potencia… pero que ambas sabemos que dentro de ti no es nada.
Y es verdad. Estar embarazada puede ser peligroso para ciertas mujeres, sin embargo, tampoco debemos convertirnos en muñecas de cristal o enfermos por algo tan natural como un embarazo.
Hay quienes también estamos perfectamente bien para hacer ejercicios. Y es ahí cuando te decimos que la piscina es el mejor remedio para acostumbrarte a tu nuevo estado.
Si eres una mujer embarazada que ha tenido una condición física saludable o inclusive la que se quiere cuidar más, es más que seguro que la piscina sea tu actividad favorita del día ya que dentro del programa hay clases para manejar de una u otra manera tu cuerpo.
Y si te preguntas sobre infecciones y la rotura del tapón mucoso déjame decirte que no debes tomarlo tan cercano porque es un mito creer que se te va a salir solo por bañarte.
El tapón mucoso siendo una viscosidad –preferente rosada por la sangre – que se expulsa de tu cuerpo cuando se está preparando para el parto es algo natural en el cuerpo femenino. En principio es una señal de ablandamiento y apertura que modifica la fisiología del cérvix, así que por ese lado respira tranquila.
Otros de los tantos mitos referentes al agua y embarazadas son:
El riesgo al parto prematuro y la rotura de membrana.
En definitiva, el hecho de que se expulse no es ningún impedimento para nadar ya que este tiende a salirse por sí solo. Antes, durante y casi al final del embarazo. Así que menos preocupaciones y más movimiento.
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Y si aun te preguntas ¿Hasta cuándo puedes nadar? La respuesta también es clara: Hasta que quieras dejarlo. Depende indiscutiblemente de lo que tú decidas al final, dejando la previa opinión de tu medico de lado, ya que nadie conoce más tu cuerpo que tú.
¿La piscina es segura? Sí ¿Puedo iniciar cuando quiera? También ¿Hasta cuando puedo? Hasta que el cuerpo aguante.
Como ultimo punto te dejo algunas recomendaciones para tener tus sesiones más seguras como son:
El uso de ropa y calzado cómodo que sujete bien el vientre y para evitar caídas en terreno resbaladizo.
Cambiar habitualmente el traje de baño para evitar infecciones por hongos y humedades en exceso.
Emplear la protección solar y la hidratación continua antes y después del ejercicio para que el cuerpo se mantengo hidratado ya que las madres son las más propensas a la deshidratación.
La temperatura templada, que también tenemos, dentro del agua ayuda las mujeres a entrar en un estado de relajación que conecta también con la paz interna del bebe y sin olvidar claro que es gracias a la natación que puedes mejorar la condición de tu cuerpo.